miércoles, 14 de abril de 2010

Se te pasa el arroz.

Que se te pase el arroz: hacer lo mismo que hacías antañó pero con más años.

La verdad es que esta idea me es muy familiar. Los años pasan y tu no te das cuenta. La familia va introduciendo mensajes subliminales entre las conversaciones diarias:

-Hola hijo, como va todo?
-Bien, como siempre. (que vas a decir si en los últimos 10 años no has cambiado?el subconsciente no falla)
- Y que, ya has encontrado alguna chica? (la familia siempre preocupada de tu futuro social, pareja = estabilidad)
- No, estoy pensando en comprarme un perro (a falta de cariño...)
-Ah, y que planes tienes de futuro? Que los años pasan... (Pregunta directa con intencionalidad que se puede traducir "nene espabila")
- Bueno, mañana me levantaré y seguramente desayunaré... (otra vez tu subconsciente esquivando la realidad)

Los amigos casados o con parejas estables a los que ves de poco en poco y el tiempo justo que dura la cena y el culo de la botella de vino también las dejan ir:

-Buena cena, pero la próxima que sea un sábado que los jueves son duros y ya no somos jovenzuelos (Diciéndote directamente que somos mayorcitos y necesitamos descansar)

Y no digamos las ex-novias reconvertidas a amigas (Sé que no pasa muy a menudo, pero yo tengo amigos que les ha pasado):

- Joder, el tiempo no pasa para ti. Sigues como siempre. (Toma!!! Una sentencia, un sinónimo de "por eso te dejé, sabía que no cambiarías". Una frase demoledora que no tiene nada que ver con la relación del paso del tiempo con tu cuerpo)

Continuas escuchando el mismo tipo de música, teniendo las mismas costumbres nocturnas, aspirando a los mismos sueños si haberte dado cuenta de que el 90% de ellos no se cumplirán. Básicamente continuas haciendo lo mismo que antes pero gastando más dinero.

Para los jóvenes eres us ídolo, el retrato perfecto de un viejo rockero. Para los de tu generación eres un perdido con complejo a Peter Pan, para el doctor un futuro ingreso.

Somos los antiguos jóvenes reconvertidos a mayores y con las mismas ganas de disfrutar que cuando teníamos 20 años. Porqué nos lo merecemos, porqué queremos y porqué lo seguimos disfrutando. Solo por eso, no cambiamos, y de momento, no cambiaremos.

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