miércoles, 31 de marzo de 2010

Y soñé, soñé

Y volaba y volaba. A vista de pájaro observaba toda la ciudad. La gente no me veía, a mi me daba igual. De repente la ciudad desapareció y una inmensa pradera se abrió bajo mis descalzos pies. Dos verdes montañas nacían a sus lados a la vez que una luz blanca me deslumbra...

Estoy encima del mar volando a la velocidad del viento. Las olas me salpican y un acantilado se aproxima a mi sin poder frenar. Un brusco viraje me impide chocar con él, una vaca me saluda, un lobo me sigue corriendo por el desierto mientras busco las gafas de sol, no quiero más destellos de luz, no quiero volver a desaparecer. Solo quiero disfrutar...cierro los ojos...

Una calle sin final. Un silencio sepulcral, una ciudad dormida me saludad.Ando y ando sin encontrar a nadie. Al final de la calle unas luces me indican que un bar está cerca. Voy hacia él y una vez me sitúo en frente la puerta esta desaparece y se convierte en muro. Mi hígado me pide marcha, mi boca líquido. Cierro los ojos y imagino...

Un estruendo me hace despertar,sigo en mi cama. Es muy pronto para despertarse, muy tarde para seguir durmiendo.

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