martes, 23 de febrero de 2010

Eurvision

Podríamos definirlo como el festival de música con mayor audiencia televisiva que a lo largo de los años se ha convertido a un circo de mascotas.

Yo la verdad es que lo sigo muy poco, nada. Sólo sé lo que la gente dice por la calle y lo que las noticias nos ponen( está claro que tiene que salir por las noticias, es un acto de suma importancia cultural.Manda huevos)

Por lo visto España la esta volviendo a liar con un tal John Cobra. No entraré a valorar a dicho personaje sino el papel que últimamente juega este país en los últimos años, y será fácil.

A nosotros nos gusta vivir, dormir y ante todo pasarlo bien y reírnos de todo. Nunca hemos dejado de ser la España de la paella y la fiesta.

Aún recuerdo uno de los primeros americanos con los que coincidí trabajando. Era su primer año fuera de su fortaleza de barras y estrellas y por no saber no sabía ni dónde situarnos en el mapa. Un día con los compañeros de trabajo le sacamos a cenar y de copas -tradición bonita dónde las haya-. Ver lo bien que se lo pasó pese a las limitaciones lingüísticas -eso sí que no cambio- y su felicidad cuando llegaron las 7 de la mañana y podía irse a casa no tiene precio. Lo mejor su frase de despedida "spain is diferent". No somos europeos incapaces de cruzar por el medio de la calle, fríos como el hielo y obsesivos por el control y el orden.Lo siento pero no. Vivimos en una península dónde el buen vino, mejor comida y largas sobremesas nos acompañan día a día. Dónde el trabajo es un simple medio -cada vez más - para tener horas ocupadas y no gastarnos el sueldo en aperitivos, cañas y cenas. Nos gusta el contacto con la gente, nos gusta el sol, nos gusta la playa, nos reunirnos alrededor de una mesa, nos gusta ser personas y no individuos.

Y como tales energúmenos de la diversión nos gusta cachondearnos de todo. Por eso mandamos esos personajes a ese evento, para decir "Nos importa un carajo todo mientras no nos cierren el bar".

Y es que en España somos así para lo bueno y para lo malo y para eso The Pogues escribió su canción FIESTA

lunes, 22 de febrero de 2010

Me eliminaron del Facebook

Si gente, estoy francamente jodido. Ayer me eliminaron como contacto en el facebook. Ahora ya no tendré cinco mil amigos cibernéticos de los cules solo sé que cuelgan fotos, sus mails y las gilipolleces que dicen en sus estados de ánimo.

No sé cómo superaré tal alienación de la sociedad. Ya se sabe que si te eleminan del facebook ya no hay vuelta atrás. Esa persona ya no quiere estar en tu "círuclo de amigos", ya no quiere saber de que te has hecho fan o que estas pensando en ese momente. No eres nadie, tienes un amigo menos y tu vida ya no importa para esa persona...

Pero a que coño hemos llegado? Esta bien que las redes sociales son una gran herramienta de comunicación pero hasta que punto dependemos de ellas?

Ahora por la noche ya no te piden el teléfono, te piden el facebook, te googlean para saber quien eres e incluso buscan tu casa por el google earth. Venga ya!!iros todos a tomar por culo y no volvais. O mejor aún hacer una fiesta en vuestras casas conectados al ordenador y chateando con todos vuetros amigos, así los bares estan menos llenos y nos servirán más rápido a los de la antigua escuela. A los de café, copa y cigarro, a los que nos gusta mirar a los ojos y no a la pantalla...

martes, 16 de febrero de 2010

Escapada

Martes por la mañana, nada que hacer. Me dispongo a coger el coche e ir a un pueblecito de la cerdaña catalana a ver una casita de madera, Prullans.

Salgo del garaje, cruzo la frontera, esquivo La Seu y listo en la carretera buscando mi refugio.

A mano izquierda observo una indicación hacia tres pueblos, mi curiosidad es más fuerte que mi consumismo. Intermitente, dejo la nacional y cojo la comarcal, estrecha, de un solo carril bidireccional. Rezo para no cruzarme con ningún coche,no hay arcén y me sería difícil maniobrar.

No sé a dónde me dirijo, lo que me voy a encontrar ni lo que voy a ver, pero me da igual.

La carretera, más camino que carretera, empieza a empinarse de forma exponencial. La nieve en los bordes me hace prever que es un sitio frío, poco transitado y sobretodo tranquilo. Al mismo tiempo preveo que quizás, más adelante, haya nieve en la calzada, esperemos que no. Mis cadenas, en casa. Mi teléfono, también.

Continuo subiendo y el paisaje se va transformando progresivamente. Dejo atrás las rasuradas praderas para adentrarme en densos bosques de pinos delimitados por finos cables, supongo que para el pasto. Dónde el sol no llega, la nieve no se deshace. Las ruedas patinan, quito el ESP. Puedo proseguir.

Me paro en el primer pueblo, Bar. Una villa pequeña con su campanario románico típico de la zona y las casas, todas de piedra y tejados de pizarra, agrupadas a su alrededor. Ni una alma en la calle, ni un bar abierto. Me vuelvo a subir al carruaje y sigo. A poca distancia se encuentra Toloriu con sus contenedores como bienvenida y una fotografía des de lejos para colgar de la pared. Las persianas cerradas de madera, la nulidad de tráfico y el desértico ambiente que ser respira me hace pensar que es más pueblo de segundas residencias que otra cosa,eso no le quita su encanto.

Pero a la izquierda algo capta mi atención, El Querforadat. ¿Que debe ser? No me lo pienso dos veces y me pongo dirección a ello.

Dejo atrás la cima de la primera montaña si apenas problemas,serpenteo por las divertidas y cerradas curvas un buen rato, la carretera parece estar en buen estado pero sigo subiendo y la temperatura que me indica el coche no para de bajar.

Los bosques que abrazan mi camino son cada vez más densos e impiden que la luz se filtre en ellos,la nieve y el hielo hacen sus primeras apariciones en el suelo y yo sin cadenas. Bueno poco a poco y ya llegaré.

De repente una clariana de luz, una espléndida pradera aparece detrás de la última curva gobernada por una granja. Los blancos se mezclan con los verdes pinos y el marrón quemado por las helados del suelo, precioso pero el pueblo no esta allí.

Decido seguir. La carretera se estrecha aún más cubierta por la sombra de la montaña. La calzada, teñida de blanco me dice que pare, yo no le hago caso y sigo un rato más, no hay posibilidad de maniobrar.

De repente un valle reluce todos sus invernales colores y un ancho en el camino me permite para para observar. Hasta aquí hemos llegado, el tiempo se me hecha encima y la falta de cadenas me impide seguir adelante.

Otra vez será pero EL Querforadat no te preocupes que llegaré a ti.

LA bienvenida

Me dispongo a abrir este blog. No sé de qué voy a escribir, hablar, criticar o expresar. Temas? Muchos. Solo espero que el rato que lo lean desconecte de sus trabajos ya que doy por hecho que lo leerán en sus horas laborables y no perderán su valioso tiempo libre.