martes, 11 de mayo de 2010

No es real...

Y saltas al vacío sin ver el suelo. Cruzas nubes, bosques y terminas en la cima de una montaña. Un unicornio te saludo mientras el marrano te ayuda a levantar. No entiendes como pasó, solo que pasó.

Empiezas andar, el suelo es agua y el cielo de césped. Un olor a dulce, a fresas, empapa el aire. Tu ojos solo ven orgías de colores. Las montañas habren un sinuoso camino a tu paso acompañado de un río de agua cristalina y repleto de morcillas a modo de peces. Ellas saltan a contracorriente como si de salmones a punto de alcanzar su destino se tratara. Tu, sin pensarlo saltas de cabeza al río convertido en riachuelo. Salpicas a las monjas que te miraban. Que les den por culo, piensas.

Sacas la cabeza para recuperar aire y ves una isla con forma de estrella, tu isla. Nadas hacia ella sin éxito, algo impide avanzar. Miras y es una ancla escorada en el fondo. Ahora ya no te impide avanzar sino que te hunde lenta y angustiosamente.

Ves la superficie alejarse, tus pulmones no aguantan más.Un minuto, dos minutos...seis horas. No sabes como pero sigues respirando. Te desmayaste, no te acuerdas de nada y al observar tu cuerpo te das cuenta que ya no eres persona, sino sirena.

No hay comentarios:

Publicar un comentario