martes, 25 de mayo de 2010

Just Run

Es pronto y decides aprovechar el día. Botas, tejanos y cazadora con protecciones. La carretera, tu destino. Dirección; ninguna parte. Solo quieres quemar gasolina por desconocidas carreteras, descubrir nuevos paisajes y, porqué no, trazar alguna curva.

Creo que con la moto es el único momento en que mi cabeza no piensa nada más que en conducir e intentar encontrar la mejor trazada posible. Concentrado en los obstáculos que una salvaje carretera nos pueda ofrecer; arena sobre asfalto, coches descontrolados, bicis, animales muertos en la calzada...Cualquier cosa te puede mandar a la cuneta, y en moto no es bueno.

Las marchas se embragan solas, el gas se abre y se cierra como los párpados de una persona, el paisaje pasa a convertirse en un túnel dónde las paredes son de colores. Momento de velocidad, momento de diversión.

Parada a repostar. Café y seguimos. Ahora toca disfrutar. Velocidad moderada, paisajes definidos. Verdes prados me acompañan mezclados con túneles de árboles. Hojas y polen naufragan a mi lado. Las fragancias florares entran por el respiradero de mi casco. Jazmín, menta, romero e incluso en amargo olor a alquitrán recien plasmado. Una delicia para el olfato, un privilegio para mi cabeza. Todo me hace olvidar, solo disfrutar.

Y es que la moto es sinónimo de libertad. Y es que la moto es como en la vida, no importa el destino sino el trayecto. (disfruta el momento, que quizás mañana se acaba el mundo)

4 comentarios:

  1. Vale, pero no corras mucho, plis...

    ResponderEliminar
  2. Lo justo para darme cuenta que voy rápido...

    ResponderEliminar
  3. Jajajajaja! Ya venía con el hacha! (hay wifi en este jodido parque, no me lo puedo creer...)

    ResponderEliminar
  4. Entierra el hacha y saca la pipa..

    ResponderEliminar