jueves, 2 de septiembre de 2010

Marrón que te veo

En los cinco últimos días había estado en cuatro ciudades diferentes, cuatro hoteles diferentes, doce restaurantes diferentes y veinte bares diferentes. Eso tuvo efectos colaterales en mi organismo que se podrían traducir en una diarrea continua cada vez que me disponía a ir al escusado a evacuar. Eso no eran defecaciones, eran meadas por el culo.

Cada vez que me sentaba en el retrete y abría mi ano para sacar lo malo de mi cuerpo era como dar al "on" a la llave del agua de las fuentes de Montjuic. Joder, que peste y que forma de manchar la taza del wáter.

Y es en esos momentos son en los que me cuestiono ciertas cosas :¿Si la mierda es de color marrón (generalmente, ya se sabe que a fallos hepáticos es blanquinosa, cuando consumes hierro negra, después de cenar en un chino verde..), por qué lo inodoros son blancos?

Coño, los camareros durante muchos años vestían de camisa blanca porqué era más fácil de lavar y quitar manchas con lejía. Con el tiempo el negro se impuso al blanco ya que así, si se mancha, se disimula. Evolución.

Las letrinas no se lavan con lejía cada vez que se va al baño. Se acostumbran a limpiar solo con una asquerosa escobilla que la gente no acostumbra a utilizar ya que, con seguridad, en un noventa por ciento de las veces tendrá restos de otros (y no es agradable ni a la vista ni al olfato). Es más, las letrinas des de que nuestras madres dejaron de ser madres y de limpiarnos nuestros aseos ( o sea , des de que uno se va de casa y vive solo ) van decolorándose y pasan de un blanco virginal a un dudoso marrón ocre a la vez que un riachuelo de cal y hongos se acomoda en un lado. Eso es culpa de que ese excusatorio no se ha limpiado des de que la inmobiliaria te lo alquiló. Y por que la vemos? Porqué es BLANCo.

El aseo es un lugar de culto donde muchas personas han aprobado exámenes y muchas más han cultivado su imaginación a la vez que cosechaban unas futuras e incomodas almorranas por culpa de querer terminar ese capítulo. En épocas posteriores, es el lugar idóneo para pasar la pantalla que nunca te pasas. Hoy en día, centro de negocios (sino porque crees que se inventaron los adds del iphone?)
Todo ese tiempo gastado se transforma en salpicaduras incrustadas en las paredes difíciles, por no decir imposibles, de sacar. Esas salpicaduras con el tiempo se convierten en manchas y de manchas pasan a formar parte de la estructura del w.c, un elemento decorativo más.

Si el retrete no fuera blanco y fuera marrón o cualquier color oscuro esto no pasaría, o mejor dicho, no nos daríamos cuenta (ya se sabe : ojos que no ven, corazón que no siente) y todos seríamos menos pudorosos a la hora de cagar. Y es que por culpa de blanco nuclear del inodoro y sus inconveniencias somos muchos los que sufrimos el choc " o en mi casa o en mis tejanos". Y es que yo, fuera de mi casa o en su defecto mi habitación del hotel, no cago.Y no soy el único.

Un año nos fuimos de viaje con lo amigos, uno de esos viajes duros y lejos, a Cornellá. Mientras disfrutábamos, acojonados por lo que nos deparaba el destino, uno dijo "Mierda!!!No he giñado". Una cara de terror se apoderó de nuestro vagón. A todos se nos removieron las tripas sabiendo que esa persona en cualquier momento, en cualquier situación,en cualquier LUGAR!!! podría cagarse. Y no era un cargarse normal, no. Era un cagarse encima. La diferencia es que cuando tu tienes tu casa cerca, te puedes aguantar hasta llegar. Cuando estas fuera no te aguantas voluntariamente, sino que el culo se cierra como las puertas de un banco a un mendigo pidiendo una hipoteca y cuando el cuerpo avisa, avisa. Allí no hay dios que aguante tal presión. Lo que aguanta la pared de una presa es una broma al lado de tu ano. Eso es como como los momentos previos a un Heisser, el agua desaparece un segundo y chorro de cinco metros. Pues lo mismo; tu barriga te avisa con un retortijón seguido de un pedo húmedo y un apretón de nalgas como si hiciera tiempo que no se veían. Seguidamente una dilatación incontrolada del ano y ZAAAAASSS!!!mierda por todos los sitios.

En ese momento, hasta el más tiquismiquis caga en el retre de Transpoting. Y ese momento acostumbra a pasar cuando te encuentras en un ascensor o en medio de una zona industrial. Si estás en un ascensor no hay mucho problema, en cualquier planta habrá un cagadero para descargar. Pero si es en una zona industrial estás jodido.

Y es que el cagar es casi tan importante como el pensar. Yo después de ese viaje dónde meaba mierda por el culo me tiré a la química y me tomé un "fortasec". Joder, creo que con una solución acuosa de ese medicamento se podrían hacer rascacielos. Eso no te corta la diarrea, eso te construye una pared impermeable de hormigón en tu culo que ni una dieta a base de arroz y arroz. De allí no sale ni el suspiro de una monja al entrar en un Boys.

Claro, al principio me sentí aliviado. No tenía ganas de cagar, podía hacer vida normal e incluso tenía más horas para mi trabajo ya que el tiempo de evacuación formaba parte del pasado. Los días pasaba y mis vistas al excusado formaron parte del pasado. A los dos días algo no funcionaba, notaba como si estuviera creando un ser vivo en mis intestinos. Palpitaciones, bultos, patadas. Pero las ganas de cagar no aparecían. A los cuatro fuertes contracturas se apoderaban de mi cuerpo, en cualquier momento podía romper aguas y entendía perfectamente el sufrimiento de una embarazada. A los siete días me cagué en Dios y toda su santa familia y en el puto día de descanso. Un dolor indescrivible de barriga, mi vista se nublaba y mis ojos cambiaron a color mierda. Mi olfato solo olía a heces y por mis venas no circulaba sangre sino caca. En ese momento decidí volver a la química y me puse y supositorio lactante. Costó entrar, lo entiendo. Pero solo tocar las mucosas anales fue como abrir la caja de pandora de la mierda. De allí salió una familia. Mi evacuación fue tal que los de greenpeace me denunciaron por un delito contra la naturaleza. Cuando fui a tirar de la cadena hasta se me desprendió una lágrima; estaba a punto de matar algo que formó parte de mí, hasta le había puesto nombre...

Pero la vida es así y una buena tirada de cadena lo retiró todo. Ahora ya dejé mis pruebas con los medicamentos y si veo que no defeco recurro a lo infalible, un McDonals y listo (mano de santo, mejor que una lavativa )

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